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En diciembre de 1815, nació en Inglaterra una niña a la que llamaron Ada Augusta Byron King, conocida más adelante como condesa Lovelace.

Fue una niña débil en la salud, pero inmensamente fuerte en intuición, cálculo matemático e inquietud científica.

Estudió mucho porque le gustaba y porque su madre (matemática también, activista social y política) le inculcó desde bien pequeña que lo hiciese, ya que le espantaba que a su hija se le educara en una sociedad que le prepararía para ser madre y dedicarse a labores del hogar, únicamente.

Aun así, tras estudiar y viajar muchísimo, Ada decidió casarse con un conde, tener hijos y compaginar este rol y obligaciones sociales con sus investigaciones y sus enfermedades.

Un día, casi por casualidad, conoció al matemático Babbage que llevaba mucho tiempo intentando diseñar el primer prototipo de calculadora moderna. Conoció la idea y quedó fascinada. Se ofreció a participar proyectual y económicamente.

Modelo de la primera computadora fabricada a partir de los textos de Babbage y Ada

Una vida dedicada a una obsesión

Ada poseía grandes ideas que, junto con su carácter y ambición de saber, le permitieron desarrollar este proyecto hasta objetivos denominados “inapropiados para una mujer de su tiempo”.

Gracias a su brillante currículo y su conocimiento de varias lenguas, dio a conocer sus propias teorías sobre la diferencia entre datos y procesamiento a partir de traducciones de trabajos de otros matemáticos. Su idea era revolucionaria y sería el punto de partida de la Informática. Ella, a diferencia del resto de investigadores, estaba obsesionada con las consecuencias prácticas y aplicaciones de lo que estaban inventando.

La primera programadora de la historia

Tras una vida adulta llena de frustración por la dificultad para ejercer su vocación investigadora (y soñadora) a pesar de su maternidad y compromisos adheridos a su condición de mujer, debemos considerar a Ada como la pionera de la inteligencia artificial y la primera programadora de la historia.

De hecho, el lenguaje de programación creado por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos se llama ADA en su honor; y los algoritmos que permiten que leas esto a través de tu dispositivo son descendientes de los que Ada diseñó a partir de unas simples tarjetas perforadas.

Piénsatelo bien cuando alguien te diga: “Tengo una idea”, Ada estaba obsesionada con la suya.

¿Tienes alguna idea revolucionaria?

Cuéntamelo todo en los comentarios ?

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