[…] Otro terreno que me magnetiza, y en el que invierto mucho tiempo, es la enseñanza de Matemáticas en el rango de catorce a dieciocho años. Se trata de una etapa en la que el alumno ha de razonar más que calcular, la lógica pide paso y, además, en varios formatos.
Es apasionante verles crecer intelectual y emocionalmente, ya que en clase trabajamos ambos campos en paralelo porque no entendemos que uno pueda existir sin el otro; y hablamos de todo, ejerciendo la libertad con la que nacimos, enseñándoles a que deben buscarla dentro de sí incluso cuando proponen un razonamiento para resolver una cuestión matemática.
De hecho, ahí es donde más deben ejercerla, tomando decisiones y, así, se atreven con todo en el aula. Formamos almas pensantes, impulsamos genios domésticos.
¡Me siento tan privilegiada por comunicarme con ellos diariamente! […]
Extracto del libro No me preguntes más, cuéntamelo todo 01, de Encarni Moreno Zambudio.
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