Alguna vez habréis oído que algo crece de modo exponencial. Esto quiere decir que crece mucho en poco tiempo.
Cuando algo se comporta de tal modo, su conducta se puede representar a través de una función exponencial, y así podemos ver y estudiar la situación.
El ser humano, acostumbrado a controlarlo todo, entra en crisis cuando algo (como por ejemplo un virus) tiene un comportamiento exponencial.
- ¿Por qué sufrimos al ver esta gráfica?
- Porque no vemos el final.
- ¿Crece siempre?
- Sí.
- Pero, ¿Dónde está el final?
- Arriba, muy arriba, en el infinito.
- ¡Esto es incontrolable!
- Así es. Ahí es donde el ser humano interviene.
La curva del contagio es una función exponencial
Por un lado, está el virus y su gráfica de contagio. El virus es un agente infeccioso que quiere sobrevivir a toda costa, y para ello ha de contagiar.
Por otro lado, el ser humano también quiere sobrevivir.
La raza humana lleva ventaja en esta cruzada, debería notarse la superioridad: La capacidad racional que nos permita usar todas las herramientas que hemos estado creando a lo largo de la historia en el campo de la ciencia y la investigación. Son recursos con los que podemos estudiar, prever, estimar e incluso modificar el futuro; no nos limitemos a contagiarnos, como si fuéramos un virus.
¿Quién ganará la batalla?
#yomequedoencasa #tiposdefunciones
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